EL SOMBRERO
Teresa está en el parque. Acaba de encontrar un
sombrero.
Buenos días – le dice el
sombrero - , yo he perdido mi cabeza ¿Quién me puede ayudar?
Teresa muy extrañada, le pregunta:
-
¿Y por qué necesitas tú una
cabeza?
El sombrero le responde casi
enojado:
-
Claro que yo necesito una
cabeza, sin cabeza yo no puedo pensar, sin cabeza yo no sé a dónde ir, sin
cabeza... ¡yo no soy nadie!
-
Tienes razón, yo te ayudaré
a buscar tu cabeza. ¿Cómo es ella? ¿es redonda u ovalada? ¿es pelada o peluda? ¿es grande o chica?... ¿tiene moño?
Pero el sombrero de nada se
acuerda. Está desesperado y tiene ganas de llorar. Teresa y el sombrero salen
en busca de la cabeza. Recorren todo el parque mirando y buscando, pero nada.
Nadie busca un sombrero.
De repente, un recuerdo vino a la memoria del
sombrero y dice:
-
Escucha Teresa ahora tengo
algún recuerdo. Mi cabeza no paraba de decir: “Cuando yo vea a Teresa le
prestaré mi osito regalón y mi pelota”.
Cuando el sombrero pronunció estas palabras, Teresa
exclamó:
-
¡Es Sofía, mi amiga Sofía!
Estoy segura. Ella siempre me presta su pelota y osito regalón.
Anónimo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario